lunes, 17 de octubre de 2011

siento.

Allí... tan lejos como, hacia el horizonte.. miré hacia mi izquierda y él seguía allí, mirándome, alumbrando cada poro como si quisiera atravesarlos. Y mi mirada firme. Apenas entreabriendo mis párpados por aquél destello de luz. Por aquella constante melodía que me regalaba cada rayo.. y me di cuenta tarde, si, pero me di cuenta; de que quizás siempre llegase tarde a todos lados pero merecía la pena llegar y contemplar aquél paraje. Sentir chocar aquél manto de espuma con mis pies. Y encoger los dedos. Sentir el frío de aquellas lágrimas y el calor de aquél abrazo soleado y bochornoso. Sentirme viva... y volver a escuchar esas teclas de piano que rodeaban mis ideas haciendo coros. Como un concierto de música clásica en mi interior, y aquella estúpida sonrisilla que me hacía alguien Feliz.



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