lunes, 17 de octubre de 2011

Felicidades, hermano.






Caminos… caminos largos… o cortos.
Caminos que se tuercen, caminos que cambian de sentido. Caminos… que simplemente son caminos, y caminos… que llegan a ser una salvación para aquél que estaba perdido.
Yo caminé, si, caminé. Y a pesar de todo aquello que lloré para llegar hasta aquí hoy doy las gracias. Doy las gracias por haber entrelazado mi camino junto con otros. No pude estar ahí desde el principio, y da rabia no saber como comienza el camino de estos pero… a día de hoy, llevo la dirección opuesta a muchos caminos con los que me crucé, en cambio… sigo el mismo rumbo que algunos caminos por los que nunca esperaría viajar. Con los que nunca habría imaginado entenderme y mira, tanto tiempo que parece haber pasado por nosotros…


Hoy uno de ellos cumple 19 veranos. 19 Largos, duros, y felices años caminando y caminando… y los que le queda por avanzar. Quiero darle las gracias por haberse cruzado conmigo en este laberinto de kilómetros sin sentido que nos empeñamos en recorrer. Gracias por sacar de él siempre lo mejor para mi y no dejarme sola en esta carrera a fondo, en la que a veces me he quedado atrás. Gracias por brindar sonrisas cuando las hubo y forzarlas para salir cuando necesitaba desaparecer. Recoger mis lagrimas para no mojar mi cara y exprimirlas con aquellas charlas sensatas para que se rindieran y dejaran de brotar. Por dedicarme momentos en los que ni siquiera estaba a su lado… como aquella vez que fue a un lugar hermoso y me escribió algo (que aún no me ha pasado a limpio..¬¬). Por comportarse como ese hermano mayor y protector, que nunca tuve. Realmente como un amigo que nunca me ha fallado, JAMÁS. Que estuvo ahí cuando todos me daban la espalda. No sé que más agradecerle que no lo haya hecho ya. Gracias por existir y haberte cruzado en mi camino.

Felicidades Hermano.
Espero que sigas siendo como hasta hoy, con ese gran corazón. Con esos cortes que me das…¬¬ para picarme. Con esa sonrisa enorme con la que me saludas, y esos besos de abuela y abrazos de leñador que me das… son por cosas tan simples como esas por las que merece la pena levantarse cada día.
Discúlpame que te pida: NUNCA TE ALEJES DE MI CAMINO, MI MEJOR AMIGO.
Te quiero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario