domingo, 16 de octubre de 2011

Fly.




Años no dieron reparo del estado que se ha creado en mi. Hoy soy una estatua amarrada a un tejado suplicando a dios que me deje vivir. Y qué más puedo decir, si me pierdo en lazos que me impiden reír… que me impiden surgir, y acaso olvidé asentir, tan fácil como paré de sentir en vano. Ya no me agarro cuando sé que caigo, callado… mi cuerpo se deja llevar y tirar por el acantilado, ya no me importa si reviento en el impacto… sé que todo lo que pueda dejar ahí abajo no es tanto. Solo quiero descansar un rato…

Merezco? puede que todo lo que tengo sea miedo pero es todo cuanto llevo y todo cuanto debo dejar atrás cuando llegue al cielo. Observo que…Me encierro en un sincero escándalo, cuando me desespero. Voces corean en mi interior de vándalo: ¿qué será mejor, olvidar o perderlo? Está aquí a mi lado, pues ya ha llegado el rencor.

Miro a mi alrededor camuflado en hielo, ya no es tan sincero cuando presiento el pavor, a sorbos les amarga el sabor del odio que en cada episodio les deja algo peor… y ya no encaja esas miradas que ultrajan desesperadas a mis palabras de voluntad. Dejé espiar tropiezos, en cada rezo fijé mis méritos. Y fue aquél mismo dios que me quitó del medio para cinchar sus quiebros más tranquilo. Transformo mi cara en un vinilo y mi cuerpo en un reproductor… sé que no existe un amigo que me pulse el stop, ya no hay fervor, hoy todo mi entusiasmo se acabó y si no me pausan es porque ya me paro yo. Ríos fríos de indecisión, me ahogan y me arrastran, por un segundo. Hoy todo el mundo anda invisible haciendo círculos moribundos. Trago despacio este jugo que me acida el estómago y lo disuelve. Mis órganos se convierten en este polvo que hoy me envuelve y se hace tarde, nada lo detiene, todo es en valde. con tal de desaparecer y es un espacio tan grande en el que creo no caber si todo este odio me acompañe. Y mírame bien, puede que algún día me extrañes y cada golpe de aquél que marca un minuto me guarde el luto esta vez cuando ya sea tarde. Agradéceme que hoy decida explicarte todo lo que me abre esta herida es parte de aquél que no pudo callarme. Y no lo haré, sabéis que ni muerta… que ninguna puerta pueda cerrar esta herida abierta en llamas. Empaña miradas si supura, si se anuda una infección a la estaca. Arranca la sal de una lágrima que cuaja y tapa la prueba final. Me desnudo ante un mundo que ya no me puede ocultar y me aparta. Se que todo cuanto veis en mi es una amenaza y me agranda la satisfacción si mi ego realza la faz. Nunca creí en la paz, todo es una falsa. Dios no me quiso escuchar y ahora suplica que vaya a su casa, jáh!

Aún me encuentro con los brazos abiertos mirando hacia abajo, me burlo del viento que me empujó a este acantilado tentador y me arrepiento, no quiero ver mis sesos aplastados y ser uno de esos cientos cuerpos apuntados en una lista de esquizofrénicos fracasados. No quiero ser una cifra perdida en un censo de suicidios vagos. Más no puedo ser la misma si me aparto, mi disputa está en sus mano, ¿ y mi indecisión? Retrocedo cinco pasos… creo que ya casi lo tengo más claro… me voy alejando. Ando hacia atrás, mi seguridad me da su mano y fuerzas para pensar. He retrocedido 9 pasos más y ya lo tengo claro, ese acantilado no será mi dardo… ya tengo más ánimos y dejo de llorar, estoy a quince pasos del filo… cojo carrerilla, no pienso lo que hago. Es el mejor de mis destinos, corro hasta el canto del escalón y me tiro, siento como puedo volar… siento tomar un respiro… ahora se que no decido pues este es mi final.





5997695-hombre-de-pie-sobre-un-acantilado-con-brazo-planteado.jpg

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